Desde el cerro de la mesa
Con su laguna en el centro
Contemplamos la belleza
De este rinconcito nuestro.
Se ve el puerto de la mula
También el puerto del aire
Y la sierrita, tan chula;
Y el moro con gran donaire.
Allá está el cerro del bosque
Y abajo el barrancón,
Y la aguja como un poste
Muy alto en esta región.
Hay veintitrés manantiales;
Su laguna y una presa
Que riegan cañaverales.
El ojo de agua más alto
Que brota entre piedras gigantes
Formando el chorro del Salto;
Orgullo de los paseantes.
Allá abajo esta Copala,
El Salitre y El Rincón;
Son de la gloria antesala,
De nuestra natura un don.
Allá esta la Higuera Panda
Se ven sus cañaverales
Y un grupo de hombres que anda,
Cosechando sus maizales.
Los estanques en "El Barrancón de las Guacamayas" invitan al chapuzón
Por los Mojos y El Zipimo
Tenemos un buen tesoro
Metales mucho muy finos
Y sus ricas betas de oro.
En el Cerro de Morenas,
En la Lima y los Ocotes,
Comerás frutos muy buenos
Y también ricos elotes.
Allá abajo en Hihuitlán,
La Minita y el Zapote
Y cerca en el mismo plan
Paso de Arrieros, al trote.
Miramos Tehuantepec,
Con sus verdes otateras;
Para deleite de usted,
Ganados y sementeras.
Laguna de Coahuayula
Te dicen ojo de mar;
Y todo el mundo te adula
Cuando allí van a pasear.
Huitzontla, que esta abajo
Rodeado de serranías,
Dame de tu lima un gajo
Y un jarrito de agua fría.
Tus mameyes exquisitos
Pasan por mi paladar;
Y tus panes suavecitos,
Me invitan a merendar.
1 comentario:
Que hermoso poema, no cabe duda que el Prof. Ampelio era un amante de las bellezas de Chinicuila, nuestro rinconcito querido.
Gracias Rafa por compartir nuevamente tantas cosas con nosotros.
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